Todo lo que afecte al corazón afecta al cerebro, y viceversa. Por eso cuando una persona tiene ansiedad, el corazón le late más deprisa y puede generar arritmias. O en el caso contrario, que sería la depresión, no sólo afecta al cerebro, si no que ese estado de ánimo hace que el corazón lata más despacio, pero que la presión arterial suba. Esto hace que la persona sea más propensa a sufrir un infarto.
Además de esto, la gente con problemas cerebrales en general, les impide llevar una vida 100% saludable y esto puede afectar al corazón.
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